¿Por qué mis articulaciones rechinan y cómo puedo cuidarlas?

Si tus articulaciones rechinan, presta atención a este artículo. Son varias las causas de esta dolencia física, pero las más comunes son las asociadas a la menopausia.

El 80% de las mujeres que viven la menopausia, sufren de dolores articulares, pero no debes preocuparte este padecimiento tiene solución.

¿Recuerdas qué es la menopausia?

La menopausia es ese período de transición natural en la vida de una mujer que generalmente ocurre entre los 45 y 55 años. Este proceso marca el final de sus ciclos menstruales.

También te hemos comentado que este proceso viene acompañado de una serie de síntomas o signos que pueden variar de una mujer a otra. Los más conocidos son los sofocos o calores nocturnos, los cambios de humor, la resequedad de la piel, pérdida del cabello, entre otros.

Pues en esta oportunidad, queremos hablarte de la afectación de este ciclo femenino sobre tus articulaciones.

¿Qué son las articulaciones y por qué me duelen?

Según Wikipedia, “se llama articulación a la estructura anatómica que permite la unión entre dos huesos o entre un hueso y un cartílago”.

Con la edad y especialmente cuando se alcanza el ciclo menopáusico, se producen cambios hormonales en tu organismo. También sufres una deficiencia de algunas sustancias como el calcio y la vitamina D.

Son estas condiciones las que producen inflamación en tus articulaciones y con ella, el dolor.

¿Qué es el colágeno y cómo influye sobre mis articulaciones?

El colágeno es una proteína que se encuentra en nuestro organismo. Su función es unir los tejidos, por lo que forma parte de la piel, huesos, tendones, músculos, ligamentos y, por supuesto, también de las articulaciones.

Del colágeno dependen la hidratación, firmeza y elasticidad de dichas estructuras. Esta proteína retrasa la aparición de lesiones, dolores y arrugas, entre otras deficiencias propias de la edad.

Durante la menopausia, los niveles de producción de colágeno tienden a disminuir provocando:

• Una disminución en la flexibilidad y elasticidad de la piel.
• Posibles problemas circulatorios.
• Posible pérdida de densidad ósea.
• Posibles molestias en las encías, dientes, músculos, huesos y articulaciones.

El cartílago también influye

El cartílago es como una membrana protectora que cubre los extremos de los huesos en el área articular. De esta manera, protege las articulaciones del desgaste que produce el roce entre ellas, ante el movimiento constante de los huesos.

Cuando el cartílago articular se desgasta, produce lo que conocemos como artrosis. Este padecimiento invalidante ataca mayormente a la columna vertebral, caderas, rodillas y manos, y en ocasiones puede llegar a ser muy dolorosa.

¿Cómo puedo evitar el dolor en mis articulaciones?

La prioridad en estos casos es, sin duda, evitar el dolor. Algunas recomendaciones preventivas del dolor que podemos ofrecerte son:

• Controla periódicamente tu tensión arterial, glucosa y colesterol a fin de detectar oportunamente posibles alteraciones de tu salud.
• Suprime los estimulantes externos como el tabaco, el alcohol y el café, procurando llevar, en lo posible, un estilo de vida saludable.
• Evita el sedentarismo. No obstante sufrir esta dolencia, puedes y debes hacer ejercicios moderados. Imponte de una rutina diaria, si es posible, controlada por un experto.
• Evita alimentos que alteren el colesterol malo como el chocolate, los alimentos procesados y fritos, así como los que afecten tu tensión arterial.
• No consumas alcohol, azúcar, sal, condimentos ni especias.
• Incluye en tu dieta diaria alimentos que contengan colágeno, calcio y vitamina C para evitar el deterioro óseo. Por desagradable que te parezca, los huesos de animales son ricos en colágeno. Las patas de pollo y de res, las carnes rojas magras, el pescado, los huevos y los frutos secos, pueden ayudarte en este plan alimenticio.
• Considera el consumo de la cúrcuma, jengibre y pimienta negra. Esta combinación de antioxidantes protege los cartílagos y reduce la inflamación articular, mejorando la flexibilidad y la movilidad física.

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Querida lectora, archiva estos consejos en tu fichero íntimo. Léelos cada vez que sea necesario y practícalos en resguardo de tu salud.